Sangre en el ruedo...
“Cuando
aparecen los grandes imperios teocráticos, los ritmos del tiempo de
los Dioses norman aún la vida social. Pero de manera más y más
codificada, más y más repetida y rigurosa, el tiempo se estructura
en rededor de los calendarios, y las sociedades al rededor de los
sacrificios.”
Historias
del tiempo, Jacques Attali
El
Sacrificio, la sangre, el ciclo, la clase social, el espectáculo, la
cultura, todo cabe en una corrida.
En
la bibliografía antropológica sobre las religiones el sacrificio ya
no es una categoría que se salve de los cuestionamientos. Para
Marcel Detienne (1989, p.20), “el sacrificio es una categoría del
pensamiento de ayer”. El filólogo francés critica “la figura
unitaria del sacrificio” que, a través de autores como William
Robertson Smith, Marcel Mauss y Henri Hubert, “fue colocado en el
corazón de lo que fue la definición aceptada de religión”. En la
lógica evolucionista de la ciencia de la religión, la muerte de
Cristo, definida como el autosacrificio totalmente desinteresado de
la deidad, inevitablemente emerge como la forma más sublime del
sacrificio totémico (ibid.,
pp.14-15).
Hoy
nuestra necesidad del ordenamiento del tiempo, del ciclo sagrado, del
regreso del héroe, no caben en nuestro mundo hiper violento, pues
hemos visto que el equilibrio del tiempo, de la reproducción y de la
vida, ya no demanda el sacrificio del animal o la persona, sino de la
condición y comodidad humana.
Aparentemente,
el sacrificio es otro de estos monstruos conceptuales, creados por
Occidente, que aglutinan fenómenos culturales diversos bajo un
término técnico rimbombante. Como comenta Maurice Bloch (1992,
p.29), “the
various phenomena which they [Roberton Smith, Mauss, Hubert, etc.]
labelled sacrifice are extremely varied”.
Por su artificialidad, este tipo de categorías suele obstaculizar el
análisis de las culturas durante décadas.
¿Pero
de dónde y hacia dónde las corridas de toros?
Julio
César fue quien introdujo los toros de Hispania en las venerationes
que se organizaban en el Coliseo de Roma. La mayoría de los
luchadores que combatían entre sí y contra animales traidos de
diversos puntos del mundo conquistado, se les conocía como
bestiarrii,
eran condenados, prisioneros de guerra, desertores del ejército,
esclavos o voluntarios de clase humilde.
La
finalidad política que perseguía toda esta faena era entretener al
pueblo, y en especial, a la gran masa de desocupados que había en el
imperio decadente (...). De esta manera, se evitaban los disturbios
en la ciudad.
En
1567, el Papa Pio V emitió la bula De
Salutatis Gregis Domici,
en la cual prohibía los espectáculos taurinos, al ser calificados
como “cosa del Demonio, ajena a lo cristiano, debido a la gran
cantidad de muertos, heridos y lisiados que provocan”. La Iglesia
amenazaba con excomulgar a los que desobedecieran al papa y en no
enterrar en tierra sagrada a los que murieran en estas prácticas.
Sin embargo, se hizo caso omiso de esta orden papal, su vigencia duró
poco. El Papa sucesor, Gregorio XIII, con la bula Nuper
Siquidem,
en 1575, consentía de nuevo correr a los toros.
El
inventor de la corrida moderna fue Joaquín Rodríguez Costillares
(1743-1800), empleado del matadero de Sevilla, como toda su familia.
Con el siglo XIX, en toda Europa comienzan a cambiar las costumbres
en que se maltratan animales para entretener, aunque los circos y las
corridas de toros perviven todo el siglo. En España empieza un
siglo taurino. El torero se ha hecho fama entre el pueblo y es
recibido de regreso en las cortes del rey como un héroe. El rey
Fernando VII, el último rey absolutista, cerró la Universidad y
abrió las escuelas de tauromaquia.
Mientras
tanto en México
En
1527 Juan Gutiérrez de Altamirano, poseedor de la Hacienda de
Atenco, enclavada en el Estado de México a una hora de la capital
(Don Juan era primo de Hernán Cortés), importa doce pares de toros
y vacas de lidia de Navarra España. El 13 de agosto de 1529 se
celebró la primera corrida de toros para conmemorar el aniversario
de la toma de la gran Tenochtitlán.
En
el blog taurómaco De
sol y sombra, Luis Cuesta escribe: “En México, el
indio represor que logró ser Presidente,
Benito Juárez García, también prohibió las corridas de toros el
28 de noviembre de 1867 y el ex Presidente, Venustiano Carranza pasó
a la historia como una figura negativa para el toreo, ya que prohíbe
las corridas en el Distrito Federal, mediante un decreto que fue
publicado el 7 de octubre de 1916 y que duró hasta 1920”.
Lo
que duró muy poco en el México post revolucionario, dando paso a
una explosión de la cultura taurina, canciones, películas, revistas
y muchas otras cosas más fueron creadas al rededor de la practica
taurina, dando paso en la capital del país a la fundación de la
arena más grande de la república, la monumental Palza de Toros
México en 1946, aunque la plaza más antigua que existe actualmente
es la Plaza de Toros "Rodolfo Gaona" (1680), en el
municipio de Cañadas de Obregon, en los Altos de Jalisco.
En
San Cristóbal de Las Casas las corridas de toros como buena herencia
colonial se han hecho presentes casi desde su fundación como Ciudad
Real en 1528, practica que se conserva y se mantiene en la fiesta más importante del municipio, la Fiesta de la Primavera y la Paz, la
máxima fiesta tradicional de los sancristobalenses que se celebra
desde el año de 1868, o sea, son 151 años de fiesta y de corridas
de toros (si es que se han desarrollado desde el principio y de forma
ininterrumpida, ya que durante el mandato de Carranza se habían
prohibido como se menciona anteriormente), que al día de hoy se
realizan en la Plaza de toros Uriel Sánchez, "La Coleta",
la cual no sé cuándo se fundó.
En
estados como Aguascalientes, Hidalgo, Guanajuato, Zacatecas,
Queretaro y Tlaxcala estaba o todavía está considerada la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial, lo que se quiere
promover en todos los estados del país por aficionados, empresarios,
ganaderos, y asociaciones sindicales del ramo; los gobiernos de esos
estados y empresarios locales del sector turístico, también apoyan
estas corridas pues son una derrama considerable para el sector,
aunque no está clara la importancia en las economías de esos
estados o en nuestro municipio, pues es difícil acceder a cifras
concretas que circulen públicamente.
Cada
día menos atracción por el maltrato animal
Según
lo que logré saber, son sólo 8 países donde se celebra esta
costumbre, España, México, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador,
Francia y Portugal, aunque en Estados Unidos también se realizan y
en el resto del mundo están prohibidas por considerarse una forma de
maltrato hacia los animales (aunque eso no quiere decir que todos
los animales son tratados igual, por ejemplo, con las masacres de
focas el gobierno canadiense no parece tener problema pero con las
corridas sí).
En
2018 la
Organización
de las Naciones Unidas (ONU)
anunció que la tauromaquia vulnera los derechos humanos. El Comité
de los Derechos del Niño de la ONU le pidió a España que prohíba
el acceso y la participación de los menores de 18 años en los
espectáculos taurinos con el fin de evitar promover violencia de la
tauromaquia sobre la infancia y la adolescencia.
Argentina fue el primer país en toda iberoamericano en prohibir la tauromaquia
en 1891, mientras que Uruguay lo hizo en 1912. En Portugal es ilegal
matar a un toro desde 1928, pero no prohíbe las corridas. Siendo el
estado español el principal consumidor de estos espectáculos desde
1991 se prohibieron en las Islas Canarias y en 2010 en la comunidad
Autónoma de Cataluña, aunque está última enfrenta controversias
constitucionales en sentido opuesto, lo mismo ha ocurrido en México,
los empresarios y el sector en general, han debatido en tribunales y
cabildeado en los congresos para beneficio de las corridas de toros.
Con
la promulgación de la Ley de Protección a Animales en mayo de 2013,
Sonora se convirtió en el primer estado del país en prohibir la
fiesta brava, le siguió Guerrero en 2014, Coahuila en 2015 se
convirtió en el tercer estado en México, después le siguió Durango,
Baja California (cuyo estatus actualmente desconozco) y otras
ciudades como Pátzcuaro en Michoacán; Veracruz tuvo una prohibición
temporal pues recientemente modificó su ley para reincorporar
legalmente las corridas a las actividades en el estado. En la Ciudad
de México aunque se han impulsado diversas iniciativas aún no se ha
conseguido su prohibición
En
el caso chiapaneco, la corrida de toros de herencia española y
colonial desde el primero de enero de 2016 con la entrada en vigencia
del “Bando de policía y Gobierno” en la capital del estado,
quedaron prohibidas las corridas de toros en la ciudad de Tuxtla
Gutiérrez, según algunos es sólo un “descanso” de la “Fiesta
Brava” en la Plaza de Toros San Roque con más de 60 años de
existencia, pues se considera que la ley podría modificarse como
sucedió en Veracruz y otros estados del país.
Según
publicaciones en medios, investigaciones y consultoras, el gusto por
las corridas de toros viene disminuyendo en España y México, lo
cual también viene dejando bajas en la economía taurina, lo que se
puede ver en la disminución de actividades. Desde
el año 2007, los festejos taurinos han descendido un 47% en toda
España. Por otro lado Parametría en una encuesta nacional en
vivienda realizada en 2011 arrojaba como resultados que 73%
de los mexicanos encuestados está en contra de la realización de la
“fiesta brava”. Un 79% describe las corridas de toros como un
evento donde se maltrata a los animales y sólo 11% y 7% considera
que la tauromaquia es un deporte o un arte, respectivamente.
Si
la tendencia sigue así y las iniciativas en contra del maltrato
animal y las corridas de toros en particular siguen avanzando en la
sociedad, la “fiesta brava” estaría en la antesala de su fin,
aunque todavía hay fuertes y muy consistentes resistencias.
Hace
algunos días en Chiapas el diputado local por MORENA Presidente de
la Comisión de Ecología y Cambio Climático, Juan Salvador Camacho
Velasco se pronunció por reformar la Ley de Protección para la
Fauna en el Estado de Chiapas por ser anacrónica y con ello prohibir
las corridas de toros en la entidad. Por su parte El diputado Rubén
Ignacio Moreira Valdez (PRI) impulsa iniciativa federal que plantea
la prohibición de inducir, provocar o autorizar la organización de
corridas o tientas en donde se lidien toros, novillos, erales,
becerros y vaquillas, tanto en la modalidad de a pie como a caballo.
De igual forma el diputado José Coutollenc Buentello propondrá
modificaciones al Código de la Biodiversidad del Estado de México,
con la intención de prohibir en suelo mexiquense las corridas de
toros.
Todas
estas iniciativas de legisladores de diversos partidos y envergaduras, es una respuesta a las demandas de organizaciones
civiles que han venido pugnando por la prohibición del maltrato
animal en sus diversas variantes, circos, peleas de gallos, jaripeos,
corridas de toros, etcétera; no son producto de una agenda
legislativa partidista, o no nacieron en esos ámbitos, nacen de una
demanda social que ha cobrado gran fuerza en Chiapas, en México y en
el mundo y que una de sus salidas negociada es la “Ley de Toros a
la balear”, dicha forma legislativa se aplica en el sur de Francia,
Portugal y Estados Unidos; la ley establece la prohibición de la tortura y muerte del animal. Dicha ley establece que se puede torear
al animal por un máximo de 10 minutos y después devolverlos a los
corrales y a su ganadería de orígena. Prohíbe el uso de
instrumentos punzo cortantes y sólo permite el capote y la muleta.
Al
tiempo que la prohibición va en aumento, los defensores de las
corridas hacen todo lo posible por mantener legislación, por cambiar
donde ya se ha legislado, argumentar y fortalecer su presencia con
otras actividades en favor de la tauromaquia. Por ejemplo, en 2018 se
convocó a una marcha
de
La Federación de Tradiciones Unidas por México para demandar al
presidente electo en ese entonces, que se respete la realización de
la corridas de toros, muchos de sus argumentos van en el sentido de
la pérdida de trabajos al cerrar las actividades, lo cual no es
falso, pues son muchas las personas que participan de está actividad
y su economía depende de que sigan sucediendo las corridas.
Los aficionados y empresarios, así como representaciones del gremio impulsan la Premier de la película documental "Un filosofo en la Arena", a realizarse el 3 de mayo en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, en la que Francis Wolff, lanza preguntas a los detractores de las corridas como: “¿Por qué las personas tratan cada vez más a sus mascotas como personas en cuanto la sociedad trata a los marginados como si fueran animales, como en el caso de los inmigrantes? ¿Qué estatuto debemos darle a los animales, ya sea los que pertenecen a la aristocracia de las mascotas, o al proletariado de la ganadería industrial? ¿Por qué la muerte, sea ésta de los seres humanos o de los animales, no queremos más verla y está confinada en los asilos para ancianos o en los mataderos? ¿La diversidad cultural es todavía compatible con los valores morales universales? “
Mientras
el debate y las manifestaciones se suceden a mi parecer estamos
siendo testigos de los “últimos días” de las corridas de toros,
esa herencia colonial traída por los europeos en el siglo XVI a
tierras mexicanas, y que ha pervivido en San Cristóbal de Las Casas
como espectáculo y manifestación cultural de un cada día más
reducido extracto de la población, de la cual la población indígena
está evidentemente excluida o su participación ha sido y es mínima
al mínimo.
Cerraré
diciendo que me ha tocado en este mes ser testigo de la
representación del martirio de Jesús de Nazaret, representación
que año con año se realiza en nuestro país y en nuestro municipio,
como una forma de educar a los feligreses de esa iglesia, de mostrar
al mundo el sacrificio y el dolor de lo que la humanidad es capaz de
infringir a los suyo, luego a la concreción de lo mismo pero en un
animal. La necesidad humana de sacar su violencia y trascender los
límites del "no matarás" judeocristiana se proyecta en
otras especies porque es todavía moralmente aceptable.
Para
regresar de donde venimos, en Guerrero, se celebra una
tradición en la que todos los integrantes del pueblo La Esperanza y
los del vecino Rancho Las Lomas pelean entre sí, hasta que uno de
los contrincantes pierda una gota de sangre, la que es entregada como
sacrificio para los dioses, a cambio de una buena temporada de
lluvia. Así podemos mirar otras tradiciones que si bien son
violentas, no hacen uso del maltrato animal, ni son espectáculo en
el que las cerveceras, las embotelladoras de agua y otros consorcios
ganan a costa del sufrimiento ajeno.
Este
texto es una especie de tachihuil, está compuesto de muchos textos
de otros autores, yo sólo lo acomodé para lo que quería decir.
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