Cumpleaños feliz.
Pero que hago yo acá como un voludo con vós, pudiendo estar en un boliche con un par de chichis y bebiendo hasta morir… Pero que hago yo acá en esta inmunda ciudad, pudiendo estar en la playita con mis dos hijitas, Hugo, Alfredo y Solá…y si me quedo para qué me quedo, y si mi voy para qué me voy…Bersuit
La ciudad donde vivo ha crecido de espaldas al cielo, la ciudad donde vivo es el mapa de la soledad, al que llega le da un caramelo con el veneno de la ansiedad, la ciudad donde vivo es mi cárcel y mi libertad…Corazón, corazón de cemento, corazón, corazón de hormigón, corazón, corazón enfermo de polución, corazón, corazón de neón…Orquesta Mondragón
Hola queridas y queridos cibernautas, pues de regreso a la ciudad más contaminada del mundo, esta ciudad de noches rojas, de tumultos, de vorágine, de mendigos, de escasas oportunidades de vida digna, de marchas y ambotellamientos. Sí, me fui unos días a la mera sierra Mixe en Oaxaca, pues el pretexto no puedo ser el mejor, la boda de dos apreciables amigos Elen y Carl, y coincidentemente, al otro día sería mi cumpleaños, o sea, que si lo planeo no me sale como no me sale desde hace años cuando lo planeo yo, así que mejor que lo planeen otros como el año pasado Ceci, Mar y Leo, que me hicieron pasar otro de mis mejores días de cumpleaños.
Pues sí, fuimos a una boda por usos y costumbre, a la confirmación de un amor y una pertenencia doble, por que ellos ya de por sí se habían casado en Francia, también por unos usos y costumbre remasterizados y hasta inventados pero simbólicamente en acto de pertenencia a esa tierra, esa cultura y la inclusión del nuevo miembro a la familia.
Nuestros dos amigos queridos nos invitaron meses atrás, yo iba como el fotógrafo oficial y estuve a punto de no llegar por razones de salud, pero al final sí tuve la oportunidad y ha sido una experiencia extraordinaria, una, por que de por sí es toda una alegría ver a amigos felices y apostándole al amor, a pesar de las mil y un dificultades que han pasado, dificultades que otros ya se hubiera echado a correr, pero parece que este si es amor de a de veras, o por lo menos todos les deseamos que dure muchos años y que les vaya de maravilla, por que problemas siempre hay que enfrentar es parte de la socialización y la vida de pareja, la cosa está en la verdadera fortaleza del amor para enfrentarlo y no huirle una vez que se presentan los problemas.
El caso es que nos descolgamos una buena banda del DF, de Chiapas, de Guerrero, de Francia, de Estados Unidos y por supuesto de Oaxaca, la verdad menos de los que esperábamos pero todos con la enorme expectativa de cómo es una boda Mixe, y además, cómo es una boda mixefrancesa. La verdad que fue a l u c i n a n t e, una de las mejores experiencias que he vivido en compartir la alegría de dos personas, y el acto liberador o por lo menos la promesa liberadora del amor, yo ya había dejando de creer en esas cosas, pero mis buenos amigos me reanimaron en apostarle al amor.
La cosa comenzó desde el DF, yo estaba viendo cómo irme, pensaba que en bus cosa medio día y dormir en Oaxaca, para al día siguiente subir a la zona Mixe, y llegar al mero pueblo de Tamazulapán Mixe, lugar donde sus pobladores orgullosamente repiten nunca haber sido conquistados, a güevo!!!! Al final conseguí un raite con dos hermanas, no del sagrado corazón de Jesús, sino carnalas de padre y madre pues, con las cuales me lance a esa boda, segunda en menos de un año que tengo acá en la pig city…ora que lo pienso, cuando salí de Chiapas yo tenía la ilusión, y por eso salí, de asistir en el futuro cercano a mi boda, pero he asistido a dos y ninguna ha sido la mía, bueno primero hay que conseguir un amor verdadero y dejar los espejismos.
Pues con las hermanitas iba la cosa bien, pero como a la medio hora de ir platicando un tense muy incomodo, pues íbamos hablando de los derechos humanos, la vida pública del país, las instituciones el caudillo mayor, los panistas culeis, cuando de pronto nos encontramos en dos posiciones extremas, ellas a que las instituciones funcionan en éste país y que Andrés Manuel López, o el señor López, es un demente al cual no hay que hacerle ni caso; no pues ahí la cosa se puso tensa, una por que yo ni creo que las instituciones funcionen y pruebas hay a pasto, salvo algunas de educación, de investigación, de trámites menores, por que ni la familia, ni la iglesia, ni el Estado, y tampoco creo que AMLO haya que ignorarlo, hay que sí dimensionarlo en su ambición de poder y de ser presidente de una forma no muy democrática, pero merece ser escuchado.
No pues yo me saqué de onda por que me parecía escuchar al spot ese que lo compara con Hitler y a los señores estos de las buenas formas y buenas costumbres autodenominados Mejor Sociedad, y a la gente que piensa que la institución por sobre todas las cosas, y claro ellas también se quedaron secas por que resulta que yo he estado haciendo cosas para el señor López, bueno, aquí si vale desmarcarse, haciendo cosas por que creo en sumar, pero yo ya maté a las caudillos, así que no metería las manos al fuego ni por el señor López ni por casi nadie de su equipo, unas pocas personas, pero muy pocas la verdad, pero por quien sí, es por las mujeres y hombres que realmente creen que las cosas pueden ser mejores o por lo menos, pueden funcionar con cierto nivel de justicia y dignidad.
El caso es que el transe pasó, por que yo pa´ mis adentros decía: no pues o tratamos de tolerar y hablar de cosas más en común, o de plano me bajo en Puebla y tomo el bus, yo creo que ellas después de ese silencio tan incomodo que pasamos, pensaron algo semejante, así que pudimos retomar la conversación y conocernos un poco mejor, eso sí, no estaríamos de acuerdo en nuestra visión política, pero íbamos a una boda, no a un mitin.
Así que con todo llegamos a Oaxaca a media noche, y no pues a buscar hotel, caros de por sí en Oaxaca, y pos pa´ 4 pinchis horas que íbamos a dormir, pues yo traté de buscar uno barato por que como sea las hermanas se hacían fuertes y estuvieron a punto de quedarse en uno donde la habitación doble costaba 750 varos y la individual 600, yo dije que no, que yo no pago eso por dormir 4 horas, así que dormimos en hoteles separados, por que no les interesaba compartir habitación para tres.
Pues ya al otro día se nos sumaron dos camaradas más, con quienes la platica era más madura y la verdad, más interesante, por que por lo menos éramos más comunes, teníamos más información y más en las mismas cosas, escépticos pues. Y ahí vamos después de un atolito en la catedral, pa´ arriba a la mera mata. No imaginábamos ni una pizca de lo que nos estaba esperando.
En la subida de Oaxaca a la sierra Mixe, yo nomás confirmaba lo que sabía desde antes de venirme, no me gusta el DF para vivir, no quiero vivir aquí y espero salirme lo más pronto posible, por que la carretera, la comunidad, la terracería, el aprendizaje mutuo, el trabajo desde abajo, pues la verdad que es lo mío, los árboles, el agua, el cielo o sea la cosa natural, no la mal llamada civilización.
Llegamos, dos horas después, y como siempre sucede cuando uno no conoce, nos sorprendimos, primero al ver llegar junto con nosotros a varios amigos y amigas entrañables, y luego al ver a nuestra querida Elena vestida como las mujeres de la región, su blusa blanca con bordados rojos, sus collares con el espíritu santo, su enagua que medía 14 metros, y que nos generaba una insana curiosidad a todos de saber qué había abajo, por que se miraba muy pachoncita, su cinturón de palma, yo hice el comentario que era como estar enrollado en un pequeño petate, encima de él otro faja bordado por las mujeres de la familia, su peinado a la usanza, o sea que se miraba nuestra amiga pelirroja i m p r e s i o n a n t e.
El Carlitos menos impresionante, pero también con su camisilla, su pantalón sastre, su cabello tejido, por que los parientes le decían que con coleta no se podía casar, más después se le sumaría el saco, el sombrero de panza de burro y el gabán típico de la región. Nerviosos como de por si es un transe de estos, pero contentos de juntar dos mundos, pues tíos y padres de Elena habían hecho el viaje para estar presentes y todos se miraban emocionados, los familiares que nunca imaginaron lo que iban a presenciar, a beber, a bailar, a ver y escuchar, como tampoco nosotros, y los parientes locales, que tampoco se esperaban que los de afuera fuéramos tan prendidos como ellos.
Y pos´ a cargar las camionetas con comida, bebida, elementos del ritual y personas, ahí va la abuela Modesta, con sus 90 años, por que es la mera matriarca de la familia, tías, tíos, primos, amigas y amigos, todos con la bulla a cuestas y con la platica, entre quienes nos conocíamos y reencontrábamos después de meses o años, de qué haces, cómo te va, y ya saben, eso sí, los que nos salimos de las regiones indígenas pos´ comentábamos que extrañábamos lo que estábamos viviendo, que muy seguido nos preguntábamos qué hacíamos donde vivíamos y que nos gustaría regresarnos, y en esas estamos cuando llegamos al cerro sagrado, lugar donde todos van a pedir salud, dinero, fortuna, amor y lo que uno acostumbra a pedir a los dioses o a los demonios, o sea pura buena vida.
Y ya instalados junto a la piedra sagrada se colocan todos en posición, la rezadora al centro, la pareja detrás de ella, los padres a los costados de la pareja, las ayudantas, o sea, las tías, a un lado de la madre de Carlos y los demás donde pudiéramos, a partir de ahora la rezadora, abuela y tías hablarían sólo en Mixe, por fortuna mi tocayo era un magnífico traductor, además de todo un experto en las tradiciones y raíces, así que el Noé, primo de Carlos, traducía al español, mientras que Viet o Elena traducían al francés.
Así que el rito es muy complejo y hay cantidad de detalles, nomás por destacar, el 13 y el 7 son los números que se utilizaran para pedir fortuna, salud, dinero y amor, se ofrendan sus velas y veladoras, dos figuras una de mujer y otra de hombre, algo que podría parecer vudú pero es para la buena vibra, se pone su tamalito, su tortilla, su maíz molido, su sal, sus monedas, su tepache, su mezcal, sus flores; como nuestros queridos novios era su primer vez que se presentaban, pues el ritual tuvo dos momentos, el primero la presentación ante las deidades y ancestros mixes, y la unión, así que ha durado casi una hora.
La parte que a muchos parecería más intensa sería la ofrenda de la sangre de 6 gallinas y 1 gallo, las 5 primeras gallinas son parte de la ofrenda de presentación, el gallo y la gallina mestiza, son para la unión de los novios, una de las grandes expectativas era ver quién le cortaba el cuello a las aves, y pos la Elena no le entró, pero Carlos y el padre de Elena sí, aunque todos, padre y madre´s, de los contrayentes, hacían el pase de presentar las gallinas ante los familiares.
Yo a saque y saque fotos, eso no lo ve uno todos los días, alrededor los y las invitadas con su cara de “se van a poner bien borrachos”; para el cierre del compromiso, hay que comerse 13 tortillitas y tomarse 13 mescalitos, después de un tepache, o sea que los novios se han colocado una rápidamente, y ahí ya empieza el lanzamiento de cohetes, después de tanta sangre, tanta comida y tanta cosa, pues palabras del tío que pone la casa donde vamos a dormir y del primo Noé, ambos demostrando dotes de oradores, que no sabíamos, sólo era el principio.
Y ya luego el baile, con la música tradicional, violín, guitarra y mandolina, por supuesto abrieron los novios y sus padres, ahora sí las madres y el padre son meros compadres, no consuegros como les dicen fuera, sino meros compadres; y todos a bailar, antes nos han dado un tepache, bebida fermentada que sale del proceso de elaboración del mezcal, que es dulce y muy nutritiva, pero también muy ponedora, mero después vendría la primera tanda de mezcal, al cual le llaman suave, pero que quema como debe ser un buen mezcal.
Ahí sí todos báilele y báilele, con las doñas mixes que nos dieron las muestra de cómo se hace eso, nosotros, o sea los de fuera, pos´ en la mera emoción nos pusimos a darle con fe a la bailada, no sabíamos que nos esperaban todavía como 6 horas más de baile. Ya mero después de la bailada que nos hemos dado, unos se fueron a la piedra sagrada a hacerse una su limpia, otros comenzamos a acercarnos al anafre donde ya nos esperaba el tasajo, la tortilla con fríjol, el quesito, el aguacate, el chorizo, las chelas, el mezcal, el chile con semilla de calabaza y el descubrir más a estas familias que se presentaban como un gran enigma, a poco todos son así de platicadores, de amables, de bromistas, de mezcaleros y cheleros?
Pues resultó que no todos son grandes oradores pero todos amables y fiesteros; así que ya después del almuerzo en que todos comenzamos con el mezcal suave, así mero nos dijeron, para muchos fue como fuego pero era el suave, nos regresamos a la casa para dormitar, descansar, platicar y conocernos más, otros a comprar blusas, rebozos y huipiles, mientras la familia preparaba los últimos detalles para la gran comida que iba a ser en Tierra Blanca, a uno dos kilómetros más menos del centro del pueblo.
Algunas aprovecharon el tiempo para darse un rico baño, por que el calor estaba demoledor, estábamos a 2800 metros de altura, así que imaginen el tipo de sol que cae en éstas tierras de verdes bosques, no pues era la mejor idea que uno podía tener, esa o dormir después de una cervecita para bajar el almuerzo y el mezcal previo.
Pues después de un tiempo ya nos dieron el aviso, Elena dijo que de una buena vez nos fuéramos para donde estaba Carlos afinando detalles y todos a treparnos a las camionetas o redilas como le dirían en Chiapas, pues de nuevo polvo, sol, viento, árboles a mi alrededor y un ambiente de fiesta en todo el pueblo donde de vez en vez se escuchaba sonar una banda de aliento, de esas que abundan en Tamazulapán, y de nuevo la idea me regresaba, yo qué coños hago en el DF….!!!
Llegamos al lugar del huateque donde ya estaba colocada la lona, las mesas, los adornos con papel picado con la leyenda: Vivan los novios, la cocina y sus gran comilona que nos tenía preparada, así que todos los de fuera nos dispusimos en distintas mesas, algunos familiares e invitados locales ya habían llegado, así que medio “salón al aire libre” ya estaba ocupado, lo que nos llamó la atención al principio es que no miramos banda por ningún lado. Como en todos los actos de fiesta, sean familiares o no, ya había unas bocinas y un micrófono para el maestro de ceremonias, que resultaba ser un tío, pero que cada tanto cambiaba por otro tío, un primo, otro primo, y así durante toda la tarde y hasta la noche que duró el pachangón.
Mero al principio todo parecía que iba a ir medio somnoliento, pero no, en cada mesa estaba dispuesta una botella de coca envuelta en un bordado y llena de mezcal, éste según nos dijeron, un poco más fuerte que el de la mañana, y que comienzan a repartir pequeños tarritos pal´ mezcal, con una diferencia de genero, dirán, machin las feminoides que terminaran buscando a su machin, el tarro de los hombres tenía amarrado un cordón para colgárselo al cuello, para que no lo fuéramos a perder nos dijeron, por que los hombres son los que mero toman más, como en todos lados de México según las estadísticas del INEGI.
Y como de por sí vimos que es el uso y costumbre, siempre hay alguien que te esta invitado un poco de mezcal pues empezamos con el aperitivo, y en eso va llegando la Real Banda Mixe (RBM), jóvenes entre 14 y 25 años que comenzaron a tomar sus lugares y a sacar sus instrumentos, y alguno para ser sinceros, pensamos que se miraban muy jovencitos para ser una de las mejores bandas de la región, según nos había comentado Carlos, pero como ya estábamos de sorpresa en sorpresa pues RBM no fueron la excepción.
Al comenzar la cosa de la comedera que se arranca la banda y no dábamos credito, sonaban potentes, con muchas tablas y con un estilo que hasta ese momento no habíamos conocido, con decirles que tocaron desde la Guelaguetza hasta ska, pasando por mambo, Beatles y muchas más, no pues los de la RBM eran unos virtuosos, que sonido duranguenze ni que nada, los mixes son la neta.
Y de a poco se fue encendiendo el ambiente, como corresponde a esos eventos ya saben, que hablen los novios, que hable el papá, las mamás y que el abrazo, mientras otra copita de mezcal, y luego que las palabras del tío, otra copita de mezcal, que hable el primo, otra copita de mezcal, que traduzca la traductora, otra copita de mezcal, que hable el otro tío, una cervecita pa´ bajar el mezcal.
Yo al principio comentaba que mucho cuidado debería de tener por que la última borrachera con mezcal, en un cumpleaños mío de cuyo resultado me sigo apenando al recordar, pues de a poco me fui soltando y entre mezcal y mezcal, chiste, discurso y rola, una cervecita, hasta entonces nadie salía a bailar a pesar de lo que escuchábamos nos hacía mover el cuerpo de manera aún involuntaria, pero había que esperar que los novios bailaran la primera pieza para entonces sí, entrarle todos a levantar polvo con los pies.
Vamo a bailar para cambiar esta suerte, si sabemos gambetear para ahuyentar la muerte…Bersuit
Escuchando a esta banda de jóvenes virtuosos, me recordaba el concierto al que fuimos de Goran Brockovic en DF y me parecía frente a los hechos, que la banda oaxaqueña que tocó con él fue más usada de acompañamiento y escenografía, que abrirle espacio, por que las bandas son mero cabronas por estas altas tierras.
Pues la Elenita y su parentela no le decían que no ni al mezcal, ni a la cerveza, así que iban a buen ritmo, a Carlos se le fueron sumando accesorios, el gabán y el sombrero de panza de burro, que lo hacían verse ´ora sí como mero mixe, vino en un momento la petición para que los novios se dejaran regalar un poco y sus primas, les mostraran como mero se baila la Guelaguetza, para después de eso abrir el baile, los novios a que no se imaginan cuál fue la pieza para que ellos bailaran al centro de la pista previamente humedecida pa´ que el polvo no volara tanto, eso no lo decidieron ellos hasta donde tengo entendido, sino mero los tíos, pues el tema del Titanic con banda oaxaqueña, la neta esa música nunca me había gustado por que la película con Di Caprio me parece malísima, pero ese día sonó excepcional ¿o sería el mezcal?
Entre besos y besos, risas y fotos, sonrisas de familiares y amigos, los novios, ya para entonces marido y mujer, pues después de abrir baile volvieron a decir salud…y entonces tocaba el turno a los invitados de entrarle al baile, las mujeres son las mejores maestras, si no tienen pareja simplemente se paran y bailan, si son jóvenes bailan agarradas de otra joven, yo entendía hasta después también por qué las solteras bailan agarradas, así evitan a los borrachos que intentan sacarlas a bailar y resulta.
Nosotros entre que nos animábamos y nos apenábamos, o de plano la comida y la bebida estaba haciéndonos digestión, pues le entramos a mero puro salto, como si bailáramos ska, aunque las señoras nos mostraban cómo mero era la cosa, por que a puro salto uno se cansa rápido y cada pieza duraba más de 15 minutos, así que había que hacer unos pasitos balanceados, sin tanto brinco, eso lo entendimos hasta altas horas de la noche.
Y ahora que partan el pastel los novios y que descanse un poco la banda RBM, yo pensaba que era como la contrapropuesta cultural frente al proyecto RBD, ese grupillo fabricado por Televisa y que gusta a niños y adultos, a pesar de ser pésimos. El pastel grandísimo, no cabe duda, acá las cosas son en grande o simplemente no son, eso digo yo, siete pisos de los cuales creo sólo pudimos comernos dos, por que ya a esas alturas lo que más se antojaba era una cerveza, un mezcal, agua o un refresco…
De nuevo la RBM comienza a sonar y todos ahora sí ya a bailar, a partir de ahora ya nadie se detendría a menos sólo para descansar un poco las piernas y tomar aire, antes de que te vuelvan a sacar a la pista o de plano tu cuerpo se mande sólo y te descubras bailando sin haberlo pensado, lo que está poca madre es que la cosa es bailar, no importa si tienes pareja, si estas demasiado borracho, si bailas espantoso o no, acá todos bailan por el gusto, por la vida, por que sino bailas te aburres, por que es un pulso vital de nuestra especie, bendita sea la invención de la música y el baile, yo moriría sin ellos.
El baile siguió hasta la siguiente parada, los fuegos artificiales. Bailamos hasta que el maestro de ceremonias nos indicó que nos preparáramos para el “torito”, esa maravilla de juego en el que se construye un torito de cartón y se le colocan diversas estructuras con cohetes y pólvora que se encienden, yo les platicaba que en mi barrio cuando era niño todavía íbamos a echar desmadre cuando había toritos, por que era una demostración de valor entre los niños del barrio, perseguir al tipo que lo carga y pasar el mayor tiempo bajo los fuegos artificiales era la onda, claro teníamos que dejar que te queme tu ropa, lo que después la madre te cobraría a nalgadas, por que en general es una diversión de las clases económicamente menos favorecidas, para la clase media se le hace o folk o un barbarismo, y como se te quemaba la única chamarra que tenías pues para uno era bien divertido, pero para los padres era un gasto más que no se podía hacer.
La cosa estuvo re linda por que fueron dos, bueno, una muñeca y un torito, el segundo se lo echo encima un compa de Guerrero que le entró al quite en representación de todos los que veníamos de fuera, por que la verdad pues ya somos bien fresotas, maldita economía y educación, la cosa es que entre que te corretea el torito, el Noé lanzaba cohetes al cielo y ¡boom! Se encendía el cielo con formas previamente diseñadas, una maravilla que son los fuegos artificiales y unos maestros quienes los hacen, cómo logran formas con el fuego, me parecía alucinante, y ahí claro la adrenalina se te sube y se te sube el mezcal y se te sube la alegría de estar vivo y se te sube el niño que ya se me había olvidado, por que en éste año en el DF he envejecido como nunca en mi vida.
Pues báilele y escape del torito, voltee para arriba para ver el cielo encendido, otro mezcalito, y siga, báilele, báilele que hay banda para rato y mezcal pa´ toda la noche, hay buena compañía, fraternidad, comida hasta para tirar, hay alegría a nuestro alrededor y somos parte de ella, somos en esa noche ya parte de una fiesta que va más allá de la boda, estamos en medio de una festividad tremenda y listos para incorporarnos a la comunidad, nomás nos falta hablar mixe, pero no hay pedo, al final muchos bolos nos hablan en inglés.
El cierre de los fuego fue re lindo, el cielo se encendió con un rojo corazón, señal del amor que les desean a la nueva pareja, no pues yo así sí me caso y que vengan a tocar los de la RBM; es sorprendente cómo uno se va construyendo un ambiente colectivo de efusividad, ya para el final de los fuegos estábamos todos hechos unas euforias, desde el más güero hasta el más moreno, desde el más gordo hasta el más flaco, desde el más alto al más bajo, todos estábamos con el ánimo hasta arriba, y qué pues, otro mezcal? Y que siga la música y el bailes, y ya a esas horas era una mezcla de baile local y medio ska.
Nosotros cada vez resentíamos el cansancio muscular, cuando paraba la banda para descansar a pesar de nuestra euforia nos temblaban las piernitas, eso sí, entonces les digo el dicho que: Para todo mal un buen mezcal y para todo bien, también. Y uno se daba cuenta que el cansancio muscular se dejaba de sentir si seguía bailando, así que cada que retomaba el ritmo la banda pues uno empezaba de nuevo, primero a balancearse para terminar encendido con todos los demás en una baile festivo, lleno de mezclas como lo éramos todos ahí.
Cuando más prendido estábamos todos comenzó la rueda típica en una fiesta mexicana y el pase al centro con el baile del torito, un amigo conocido como el Tiguere sacó un paliacate y todas y todos pasamos a hacer pasos de toreros y toros, aunque la madre de Elena hizo algo que Mar me contaría después es una tradición en cierta región de Francia en la que la mujer pone en el piso un algo como velo se inca, una vez que ha elegido al hombre al que va a besar, y entonces el hombre elegido también se inca y se dan un beso, nada más que esta vez el papá de Elena pues como que no agarró la onda y siguió en el estilo mexicano.
La Clem y el Tiguere se dieron duro a la bailada con cornadas y toda la cosa, la Clau y su galán no se diga, pues les gusta arto eso de la rejoneada, Ev y Mik también se echaron su toreada, la Vit y yo hicimos lo propio y así todos, mixes y no mixes, el ambiente se puso cada vez más colectivo y más intenso, y eso sí, los músicos se daban cuenta que ya estábamos donde ellos nos querían tener, y no vayan a creer que las mujeres mayores se apeaban del baile, para nada, nadie se rajaba, nadie paraba.
Cuando ya estábamos como agua para chocolate, pues que se desprende la banda con una rola de Madness con la de One Step Beyond…, y pues que nos prende, a nosotros los de juera, y a los jóvenes mixes, y que se prende el ska y el slam, y luego nos sueltan el mambo No. 8 de carefoca, Pérez Prado, y para la siguiente rola la RBM que se levanta y se mete al baile, y ya con banda integrada pues la cosa estaba para encender hasta un cerillo mojado.
Ya nos habían dado más de las 10 de la noche cuando estábamos en esas, y todavía nos faltaba la calenda, que es estar siguiendo por las calles del pueblo cuatro bandas y dos muñecos gigantes a baile y baile hasta las 5 de la mañana, con algunas paradas para echar trago y algo de comida. La cosa ya estaba en su punto máximo, así que cuando la banda RBM dijo que había terminado, no pues que pasa la canasta para pagarles una hora más, y no se crean, hubo dos animosos que querían pagarles una hora cada uno por su cuenta, pero sólo aceptaron lo que se colectó que fue más de lo que cobran por una hora, por cierto que se me hizo muy poco para la calidad que tienen, pero sólo tocaron medio hora más, pues la noche anterior habían tocado en su pueblo en el inicio de las fiestas y se habían puesto bolos así que andaban crudos, y al día siguiente debían tocar las mañanitas a las 6 de la madrugada, por eso ya no quisieron quedarse.
Esa media hora valió la pena, fue un cierre muy alegre, tal como todos los presentes, total, nuestras piernas ya estaban al punto del calambre, tampoco es que fuéramos a durar mucho más y todavía nos esperaba la calenda, así que nos divertimos y disfrutamos ésta banda que nos hizo sentir algo que nunca habíamos sentido en otra fiesta.
Cuando terminó la música termino la fiesta de boda por hoy, digo, por ese día, así que se ayudó a recoger todo el lugar y nos regresamos al pueblo, pues aunque todos salimos con las piernas temblando, queríamos llegar a ver de qué iba eso de la calenda, cada quien se trepó a la camioneta o coche que pudo y a media noche andábamos ya por el pueblo, nos dijeron que fuéramos a alcanzar la calenda, pero el nivel de cansancio de las piernas nos decía que no podríamos llegar muy lejos, así que era mejor esperar a que se acercara para subir a ver de qué iba.
Así que nos quedamos a tomar un cafecito y echar platicada con la familia, las viejas y viejos amigos, las nuevas y nuevos amigos, pues como les decía que pues si uno se iba a conocer, los mixes no se andaban con rodeos, con mezcal te puedes dar a conocer bastante, para bien o para mal. Cuando escuchamos las bandas cerca pues decidimos salir a verlas, claro mientras habíamos escuchado cantidad de veces otras bandas, por que Tama en esos días las bandas andan por todos lados, así que esperamos la indicación adecuada para salir a ver la famosa calenda.
Y pues sí, la calenda es el cachondeo mixe en pleno, ancianos, adultos, jóvenes y niños van siguiendo a las bandas y los gigantes, se detienen en un punto misteriosamente para nosotros definido, y comienza una banda a tocar y el pueblo a bailar, los hombres solos, pues regularmente solos por que nadie quiere bailar con ellos o por que son casados o por que las mujeres adultas están casadas, por que las jovencitas están en el ligue abierto, así como los jóvenes, el cachondeo también se da en las parejas, por que salen los matrimonios a darle al baile, todos sabe que de esos días saldrán varias parejas.
Después de la primer banda toca la segunda y así sucesivamente hasta que tocan las cuatro, unas vez echo esto, se mueven a otro punto y repiten la receta, así hasta que hacen parada en casa de una familia, quienes reciben a las bandas y todos aquellos que las acompañan, y los atienden dándoles de comer y de beber, y cuando digo a todos es a todos.
A mi me sorprendió mi cuerpo, pues a pesar de que mis piernas estaban al punto del calambre, me descubrí bailando en plena calenda y yo encantado de seguirme con el pueblo, pues es un pueblo bien interesante, además de músicos, han producido radialistas, fotógrafos y videastas, entre muchas cosas más, y veo a una niña videasta grabando la calenda, otro jovencito también haciendo sus tomas, y varios pues, me dio arto gusto ver un pueblo tan prendido en las cosas creativas y en la comunicación para los suyos y desde los suyos; al día siguiente me enteraría que tienen su trasmisor de TV y su TV MIXE.
Pasada la media noche, a saber a qué hora, pues decidimos irnos a dormir por que ya llevábamos casi 15 horas de fiesta y todavía nos faltaban otras más del siguiente día, así que nos fuimos de regreso a casa del tío de Carlos, por que ya nos esperaban los petates y las bolsas de dormir, y la mera verdad ya quería quitarme los zapatos.
Dormir siempre es reparador para el cuerpo, yo la mera verdad toqué el suelo en posición horizontal y no supe más de mí, hasta que escuche las mañanitas con música de una muy buena banda de viento y el tronido de un cohete que anunciaba el amanecer, esas mañanitas han sido las más lindas que he escuchado en cualquier cumpleaños que me han o he celebrado, de hecho ese fue el segundo o tercer mejor cumpleaños que he tenido en toda mi vida, el anterior había sido hermoso y tierno, pues Ceci, Mar y Leo prepararon una cena excepcional que nunca imaginé, pero esto era otra cosa e igual de extraordinario, de hecho ahora que recuerdo Carlos me organizó la fiesta de cumpleaños con más invitados que yo recuerde en San Cristóbal, esa vez había como 200 invitados y muchas invitaciones.
Al levantarme noté dos cosas, una, que mi estomago traía una revuelta interna digna de la intervención de una mediación, la otra, que mis piernas seguían cansadísimas como si hubiera subido el Pico de Orizaba, no pues un baño me dije, y como no había de otra me lo di con agua fría y a jicarazos, eso de alguna forma me reanimó, aunque a mi estomago no había mucho que hacerle más que acudir cuantas veces fuera necesario a desechar lo poco o mucho que me quedaba en mi interior.
Cuando ya se levantaron todos, bastante tardecito para decir, pues las preguntas obligadas: cómo estas de cansado; cómo estas del estomago, a mi me agarró en la noche, ambos daños eran recurrentes en el grupo de foráneos que habíamos llegado a la boda, pero todos emocionados por que el 10 también pintaba para ponerse bueno.
Y pues sí, todos aprovechamos la mañana para dar una vuelta por el pueblo, echar chelita y escuchar música en alguna de las tantas casas que estaban acondicionadas para recibir la calenda, que continuaba esa mañana; se miraban bandas por varios puntos de Tama, se escuchaba música por todos lados, esa noche íbamos a estar en la plaza principal, aunque originalmente varios querían ir al encuentro de regaee que se había convocado para esa misma noche y con un costo de 100 pesotes la entrada, yo como ni me gusta mucho dije que prefería bailar con todo el pueblo y de a gratis, que irme a pagar por escuchar regaee.
La mañana fue de reconocimiento y convalecencia colectiva, hasta que llegó la hora de la comida, bueno, de la comida por el cumple de la abuela de Carlos, y que va siendo otro reventón con harta comida, más mezcal, más banda musical y más baile, eso sí la mayoría sólo comimos arroz y tortilla, aunque el caldito y la carne se miraban ricos, casi nadie se animó a probarlos, esos sí, la cheve y el mezcal pues no se iban a despreciar.
Y ya en la fiesta de cumple, bueno en el baile, ahí nos tienen de nueva cuenta haciéndole al mixe y báilele, y báilele. Todo iba con suma calma y normalidad, la gran sorpresa fue la abuela, que a sus 90 primaveras seguía entrándole a la cheve y más aún, a la bailadera, yo me decía, no pues ya quisieras Noé llegar a esa edad con las gana pa´ bailar y entrarle al mezcal.
Ahí estuvimos bailando hasta que los hijos y nietos tomaron el micrófono, todos le rindieron su homenaje, sus respetos, recuerdos, anécdotas y disculpas a su madre o su abuela o su suegra, pues como bien decía un tío de Carlos, doña Modesta era la mera mata de esa familia que tenía prole pa´ rato. Ahí estuvimos hasta que nos llegó la hora para ir al jaripeo, así que con toda discreción, o sea en bola, salimos de la fiesta que en algún momento fue muy íntima y nos hacía sentir un poco incómodos tanta confianza.
Pos´ que nos salimos y nos lanzamos al tal jaripeo, mismo que por la hora en que por fin nos decidimos dejar de bailar para irnos, ya se había terminado, así que lo que nos quedaba era un café antes de los fuegos artificiales y el concierto nocturno de las bandas en la plaza central. La Ev y Mic se han preparado un verdadero café negro, cargado como nos gusta chingao, por que el local pues es como en todo México rural, una vacilada de agua pintada y con azúcar. El café le calló muy bien a nuestro ánimo, así que estuvimos ahí platicando con los tíos y primos del Charly, quienes se la han pasado contándonos sus aventuras como comandantes, sus acertijos o adivinanzas hasta la hora de separarnos, pues ellos se fueron al regaee y nosotros a los fuegos artificiales.
Yo en la plaza central me lo pase tome y tome fotos, pues a la mañana siguiente saldríamos de regreso al DF, así que me he tirado como más de 100 nomás durante los fuegos artificiales, es lo bueno de las cámaras digitales, que uno dispara a todo. Tres bandas amenizarían el baile y la encendida de los fuegos artificiales, tres bandas con miembros de edades tres veces distintas, los niños, unos pequeñines que estaban casi del tamaño del bombo; los jóvenes que echaban bulla y los adultos, que se colocaron arriba en el primer piso del palacio municipal.
La banda de los más jóvenes me causaba mucha admiración, no por ellos, sino por tanto talento promovido y cultivado en ese lugar era digno de maravillar a cualquiera y avergonzar a nuestros gobiernos federal y del DF que nomás si pudieran evitarían las artes en lugar de andarlas promoviendo. Los niños, y todos pues tocaban de poca su…, y ahí otra vez las patitas se comenzaban a alborotar, y claro de nueva cuenta a bailar se ha dicho.
Los borrachitos solos se acercaban a invitar a nuestras amigas que ignoradas por nosotros, pues se miraban muy güeras y muy solitas bailando, digo ignoradas por que uno como europeo, gringo o defeño, pues bailaba por su lado y ellas por el suyo, así que los borrachines, bastante decentes, nunca quisieron tocarlas ni nada, bueno querían tocarlas pero con su permiso, aunque parecían unos pesados la verdad conservaron el límite; ellas se alejaban pero ellos las seguían hasta que se cansaban, que no era muy tarde, más bien rápido.
Los fuegos comenzaron como a eso de las 9 de la noche, hora local, los chavos y algunos mayores entraron en un ritmo y un baile medio de reto, bailar bajo la lluvia de fuego de los artificios juegos de pólvora, los chicos gritaban y bailaban frenéticamente, el fuego les iluminaba, algunos borrachitos se lanzaban bajo el fuego en un baile trompicado, desde donde yo estaba se miraba a los jóvenes tras el llamado castillo y sus gritos incitaban a la fiesta, a la participación colectiva y al desenfrene pues.
Yo estaba saque y saque fotos y baile y baile, por que esa música y ese ambiente te atrapan, por más que uno este cansado o de plano este distraído, pues cuando te enteras ya tu cuerpo anda en el balanceo inconsciente, y mejor te conectas todo pa´ disfrutar que chingaos. Los fuegos duraron como más de una hora, y en es tiempo las bandas se turnaban, una tocaba primero para que al terminar una pieza continuara la siguiente, a acabar su pieza la otra entraba a acompañar los gritos y la algarabía.
La intensidad del momento hace que uno piense antropológicamente, pero la sensación del cuerpo y la alegría, hacen que uno mande a la chingada ese sentimiento de otredad, de banal superioridad u diferencia, aquí todos somos borrachines, todos somos fiesteros, bailadores, desamadrozos, acá nadie le saca la vuelta a la pachanga, acá uno se sorprende con la alegría ajena que le contagia alegría a uno también. Por eso seguimos bailándole y saltándole a los fuegos artificiales.
Ya casi a media noche se han acabado las chispas y los cohetes, la banda con los niñitos es la que cierra el concierto con una rola largísimo, yo pienso hacia mis adentros que: es muy llamativo que los que se desvelen sean los nichos, pero es que acá todos son parte y algo hacen por la fiesta: La banda llega a su fin y nosotros decidimos irnos a dormir, el cuerpo lo pide por que al día siguiente comienza el retorno a la ciudad de México, ¡puaf! el retorno, antes de llegar a casa de los tíos de Carlos, se nos atraviesan unos futbolitos, yo miro a Ev y digo, una partido antes de dormir? Y ella afirmativamente contesta, así que nos vamos todos a jugar futbolito y nos hemos quedado como otra hora, pues el niño interno sigue dominando nuestras decisiones.
Ya cansados y gozados vemos como la hora llega así que vamos a nuestro petate y bolsita de dormir a descansar para mañana emprender vuelo de esta tierra: El sueño no tardaría gran cosa, cosa de acomodar la cabeza y el cuerpo en posición vertical y a dormir.
A la mañana siguiente volvemos a despertar con la música de las bandas de Tama, y cual si fuera fondo de película comenzamos la despedida, abrazos y buenos deseos, yo con la promesa a mi mismo y a los parientes de Carlos de que nos veremos el próximo año, pues me han quedado las ganas de echarme toda la fiesta y volver a experimentar el quedarme tirado en medio de la plaza perdido de todo y de todos, ser un borracho respetado en un lugar de aparentes desconocidos.
Así trepamos al auto, la Clem, el Iñ, la Mar, An y su servidor, y ahí comienza el duro proceso de retorno a la cruel cotidianidad, yo emocionado por que estaría sólo un día en DF y luego me iba a Guadalajara, pasaría de la tierra del mezcal a la tierra del tequila, así que llevaba la promesa de regresar. En el camino fue muy divertido, pues la conversación fue de los más amable y plagada de risas, casi todos los nuevos y viejos amigos trabajamos en derechos humanos o en alguna cosa relacionada, y cuando íbamos entrando a la ciudad de Oaxaca vimos una manta que rezaba: ¿A quién pudo pedir justicia, al tercer poder, a derechos humanos, al Chapulín Colorado, al gobernador, al presidente?
Cuando todos la leímos fue como si nos hubiéramos puesto de acuerdo previamente y nuestra respuesta fue: al Chapulín Colorado, yo les hice la observación de lo que habíamos dicho, y les dije, como que a pesar de trabajar en derechos humanos nadie podría defender la postura de que las organizaciones de derechos humanos son una buena posibilidad; y claro, somos gente madura que ya pasamos por muchas cosas, y con ello sólo podemos afirmar, que precisamente como sabemos de qué va y como esta la cosa, el único buen árbol para arrimarse en la pregunta de la manta es el Chapulín Colorado. Ni hablar, volvimos a soltar la carcajada y continuamos nuestra despedida de Oaxaca.
Oaxaca quedó atrás y ya en DF me preparé para lo que seguía, Guadalajara….
La ciudad donde vivo ha crecido de espaldas al cielo, la ciudad donde vivo es el mapa de la soledad, al que llega le da un caramelo con el veneno de la ansiedad, la ciudad donde vivo es mi cárcel y mi libertad…Corazón, corazón de cemento, corazón, corazón de hormigón, corazón, corazón enfermo de polución, corazón, corazón de neón…Orquesta Mondragón
Hola queridas y queridos cibernautas, pues de regreso a la ciudad más contaminada del mundo, esta ciudad de noches rojas, de tumultos, de vorágine, de mendigos, de escasas oportunidades de vida digna, de marchas y ambotellamientos. Sí, me fui unos días a la mera sierra Mixe en Oaxaca, pues el pretexto no puedo ser el mejor, la boda de dos apreciables amigos Elen y Carl, y coincidentemente, al otro día sería mi cumpleaños, o sea, que si lo planeo no me sale como no me sale desde hace años cuando lo planeo yo, así que mejor que lo planeen otros como el año pasado Ceci, Mar y Leo, que me hicieron pasar otro de mis mejores días de cumpleaños.
Pues sí, fuimos a una boda por usos y costumbre, a la confirmación de un amor y una pertenencia doble, por que ellos ya de por sí se habían casado en Francia, también por unos usos y costumbre remasterizados y hasta inventados pero simbólicamente en acto de pertenencia a esa tierra, esa cultura y la inclusión del nuevo miembro a la familia.
Nuestros dos amigos queridos nos invitaron meses atrás, yo iba como el fotógrafo oficial y estuve a punto de no llegar por razones de salud, pero al final sí tuve la oportunidad y ha sido una experiencia extraordinaria, una, por que de por sí es toda una alegría ver a amigos felices y apostándole al amor, a pesar de las mil y un dificultades que han pasado, dificultades que otros ya se hubiera echado a correr, pero parece que este si es amor de a de veras, o por lo menos todos les deseamos que dure muchos años y que les vaya de maravilla, por que problemas siempre hay que enfrentar es parte de la socialización y la vida de pareja, la cosa está en la verdadera fortaleza del amor para enfrentarlo y no huirle una vez que se presentan los problemas.
El caso es que nos descolgamos una buena banda del DF, de Chiapas, de Guerrero, de Francia, de Estados Unidos y por supuesto de Oaxaca, la verdad menos de los que esperábamos pero todos con la enorme expectativa de cómo es una boda Mixe, y además, cómo es una boda mixefrancesa. La verdad que fue a l u c i n a n t e, una de las mejores experiencias que he vivido en compartir la alegría de dos personas, y el acto liberador o por lo menos la promesa liberadora del amor, yo ya había dejando de creer en esas cosas, pero mis buenos amigos me reanimaron en apostarle al amor.
La cosa comenzó desde el DF, yo estaba viendo cómo irme, pensaba que en bus cosa medio día y dormir en Oaxaca, para al día siguiente subir a la zona Mixe, y llegar al mero pueblo de Tamazulapán Mixe, lugar donde sus pobladores orgullosamente repiten nunca haber sido conquistados, a güevo!!!! Al final conseguí un raite con dos hermanas, no del sagrado corazón de Jesús, sino carnalas de padre y madre pues, con las cuales me lance a esa boda, segunda en menos de un año que tengo acá en la pig city…ora que lo pienso, cuando salí de Chiapas yo tenía la ilusión, y por eso salí, de asistir en el futuro cercano a mi boda, pero he asistido a dos y ninguna ha sido la mía, bueno primero hay que conseguir un amor verdadero y dejar los espejismos.
Pues con las hermanitas iba la cosa bien, pero como a la medio hora de ir platicando un tense muy incomodo, pues íbamos hablando de los derechos humanos, la vida pública del país, las instituciones el caudillo mayor, los panistas culeis, cuando de pronto nos encontramos en dos posiciones extremas, ellas a que las instituciones funcionan en éste país y que Andrés Manuel López, o el señor López, es un demente al cual no hay que hacerle ni caso; no pues ahí la cosa se puso tensa, una por que yo ni creo que las instituciones funcionen y pruebas hay a pasto, salvo algunas de educación, de investigación, de trámites menores, por que ni la familia, ni la iglesia, ni el Estado, y tampoco creo que AMLO haya que ignorarlo, hay que sí dimensionarlo en su ambición de poder y de ser presidente de una forma no muy democrática, pero merece ser escuchado.
No pues yo me saqué de onda por que me parecía escuchar al spot ese que lo compara con Hitler y a los señores estos de las buenas formas y buenas costumbres autodenominados Mejor Sociedad, y a la gente que piensa que la institución por sobre todas las cosas, y claro ellas también se quedaron secas por que resulta que yo he estado haciendo cosas para el señor López, bueno, aquí si vale desmarcarse, haciendo cosas por que creo en sumar, pero yo ya maté a las caudillos, así que no metería las manos al fuego ni por el señor López ni por casi nadie de su equipo, unas pocas personas, pero muy pocas la verdad, pero por quien sí, es por las mujeres y hombres que realmente creen que las cosas pueden ser mejores o por lo menos, pueden funcionar con cierto nivel de justicia y dignidad.
El caso es que el transe pasó, por que yo pa´ mis adentros decía: no pues o tratamos de tolerar y hablar de cosas más en común, o de plano me bajo en Puebla y tomo el bus, yo creo que ellas después de ese silencio tan incomodo que pasamos, pensaron algo semejante, así que pudimos retomar la conversación y conocernos un poco mejor, eso sí, no estaríamos de acuerdo en nuestra visión política, pero íbamos a una boda, no a un mitin.
Así que con todo llegamos a Oaxaca a media noche, y no pues a buscar hotel, caros de por sí en Oaxaca, y pos pa´ 4 pinchis horas que íbamos a dormir, pues yo traté de buscar uno barato por que como sea las hermanas se hacían fuertes y estuvieron a punto de quedarse en uno donde la habitación doble costaba 750 varos y la individual 600, yo dije que no, que yo no pago eso por dormir 4 horas, así que dormimos en hoteles separados, por que no les interesaba compartir habitación para tres.
Pues ya al otro día se nos sumaron dos camaradas más, con quienes la platica era más madura y la verdad, más interesante, por que por lo menos éramos más comunes, teníamos más información y más en las mismas cosas, escépticos pues. Y ahí vamos después de un atolito en la catedral, pa´ arriba a la mera mata. No imaginábamos ni una pizca de lo que nos estaba esperando.
En la subida de Oaxaca a la sierra Mixe, yo nomás confirmaba lo que sabía desde antes de venirme, no me gusta el DF para vivir, no quiero vivir aquí y espero salirme lo más pronto posible, por que la carretera, la comunidad, la terracería, el aprendizaje mutuo, el trabajo desde abajo, pues la verdad que es lo mío, los árboles, el agua, el cielo o sea la cosa natural, no la mal llamada civilización.
Llegamos, dos horas después, y como siempre sucede cuando uno no conoce, nos sorprendimos, primero al ver llegar junto con nosotros a varios amigos y amigas entrañables, y luego al ver a nuestra querida Elena vestida como las mujeres de la región, su blusa blanca con bordados rojos, sus collares con el espíritu santo, su enagua que medía 14 metros, y que nos generaba una insana curiosidad a todos de saber qué había abajo, por que se miraba muy pachoncita, su cinturón de palma, yo hice el comentario que era como estar enrollado en un pequeño petate, encima de él otro faja bordado por las mujeres de la familia, su peinado a la usanza, o sea que se miraba nuestra amiga pelirroja i m p r e s i o n a n t e.
El Carlitos menos impresionante, pero también con su camisilla, su pantalón sastre, su cabello tejido, por que los parientes le decían que con coleta no se podía casar, más después se le sumaría el saco, el sombrero de panza de burro y el gabán típico de la región. Nerviosos como de por si es un transe de estos, pero contentos de juntar dos mundos, pues tíos y padres de Elena habían hecho el viaje para estar presentes y todos se miraban emocionados, los familiares que nunca imaginaron lo que iban a presenciar, a beber, a bailar, a ver y escuchar, como tampoco nosotros, y los parientes locales, que tampoco se esperaban que los de afuera fuéramos tan prendidos como ellos.
Y pos´ a cargar las camionetas con comida, bebida, elementos del ritual y personas, ahí va la abuela Modesta, con sus 90 años, por que es la mera matriarca de la familia, tías, tíos, primos, amigas y amigos, todos con la bulla a cuestas y con la platica, entre quienes nos conocíamos y reencontrábamos después de meses o años, de qué haces, cómo te va, y ya saben, eso sí, los que nos salimos de las regiones indígenas pos´ comentábamos que extrañábamos lo que estábamos viviendo, que muy seguido nos preguntábamos qué hacíamos donde vivíamos y que nos gustaría regresarnos, y en esas estamos cuando llegamos al cerro sagrado, lugar donde todos van a pedir salud, dinero, fortuna, amor y lo que uno acostumbra a pedir a los dioses o a los demonios, o sea pura buena vida.
Y ya instalados junto a la piedra sagrada se colocan todos en posición, la rezadora al centro, la pareja detrás de ella, los padres a los costados de la pareja, las ayudantas, o sea, las tías, a un lado de la madre de Carlos y los demás donde pudiéramos, a partir de ahora la rezadora, abuela y tías hablarían sólo en Mixe, por fortuna mi tocayo era un magnífico traductor, además de todo un experto en las tradiciones y raíces, así que el Noé, primo de Carlos, traducía al español, mientras que Viet o Elena traducían al francés.
Así que el rito es muy complejo y hay cantidad de detalles, nomás por destacar, el 13 y el 7 son los números que se utilizaran para pedir fortuna, salud, dinero y amor, se ofrendan sus velas y veladoras, dos figuras una de mujer y otra de hombre, algo que podría parecer vudú pero es para la buena vibra, se pone su tamalito, su tortilla, su maíz molido, su sal, sus monedas, su tepache, su mezcal, sus flores; como nuestros queridos novios era su primer vez que se presentaban, pues el ritual tuvo dos momentos, el primero la presentación ante las deidades y ancestros mixes, y la unión, así que ha durado casi una hora.
La parte que a muchos parecería más intensa sería la ofrenda de la sangre de 6 gallinas y 1 gallo, las 5 primeras gallinas son parte de la ofrenda de presentación, el gallo y la gallina mestiza, son para la unión de los novios, una de las grandes expectativas era ver quién le cortaba el cuello a las aves, y pos la Elena no le entró, pero Carlos y el padre de Elena sí, aunque todos, padre y madre´s, de los contrayentes, hacían el pase de presentar las gallinas ante los familiares.
Yo a saque y saque fotos, eso no lo ve uno todos los días, alrededor los y las invitadas con su cara de “se van a poner bien borrachos”; para el cierre del compromiso, hay que comerse 13 tortillitas y tomarse 13 mescalitos, después de un tepache, o sea que los novios se han colocado una rápidamente, y ahí ya empieza el lanzamiento de cohetes, después de tanta sangre, tanta comida y tanta cosa, pues palabras del tío que pone la casa donde vamos a dormir y del primo Noé, ambos demostrando dotes de oradores, que no sabíamos, sólo era el principio.
Y ya luego el baile, con la música tradicional, violín, guitarra y mandolina, por supuesto abrieron los novios y sus padres, ahora sí las madres y el padre son meros compadres, no consuegros como les dicen fuera, sino meros compadres; y todos a bailar, antes nos han dado un tepache, bebida fermentada que sale del proceso de elaboración del mezcal, que es dulce y muy nutritiva, pero también muy ponedora, mero después vendría la primera tanda de mezcal, al cual le llaman suave, pero que quema como debe ser un buen mezcal.
Ahí sí todos báilele y báilele, con las doñas mixes que nos dieron las muestra de cómo se hace eso, nosotros, o sea los de fuera, pos´ en la mera emoción nos pusimos a darle con fe a la bailada, no sabíamos que nos esperaban todavía como 6 horas más de baile. Ya mero después de la bailada que nos hemos dado, unos se fueron a la piedra sagrada a hacerse una su limpia, otros comenzamos a acercarnos al anafre donde ya nos esperaba el tasajo, la tortilla con fríjol, el quesito, el aguacate, el chorizo, las chelas, el mezcal, el chile con semilla de calabaza y el descubrir más a estas familias que se presentaban como un gran enigma, a poco todos son así de platicadores, de amables, de bromistas, de mezcaleros y cheleros?
Pues resultó que no todos son grandes oradores pero todos amables y fiesteros; así que ya después del almuerzo en que todos comenzamos con el mezcal suave, así mero nos dijeron, para muchos fue como fuego pero era el suave, nos regresamos a la casa para dormitar, descansar, platicar y conocernos más, otros a comprar blusas, rebozos y huipiles, mientras la familia preparaba los últimos detalles para la gran comida que iba a ser en Tierra Blanca, a uno dos kilómetros más menos del centro del pueblo.
Algunas aprovecharon el tiempo para darse un rico baño, por que el calor estaba demoledor, estábamos a 2800 metros de altura, así que imaginen el tipo de sol que cae en éstas tierras de verdes bosques, no pues era la mejor idea que uno podía tener, esa o dormir después de una cervecita para bajar el almuerzo y el mezcal previo.
Pues después de un tiempo ya nos dieron el aviso, Elena dijo que de una buena vez nos fuéramos para donde estaba Carlos afinando detalles y todos a treparnos a las camionetas o redilas como le dirían en Chiapas, pues de nuevo polvo, sol, viento, árboles a mi alrededor y un ambiente de fiesta en todo el pueblo donde de vez en vez se escuchaba sonar una banda de aliento, de esas que abundan en Tamazulapán, y de nuevo la idea me regresaba, yo qué coños hago en el DF….!!!
Llegamos al lugar del huateque donde ya estaba colocada la lona, las mesas, los adornos con papel picado con la leyenda: Vivan los novios, la cocina y sus gran comilona que nos tenía preparada, así que todos los de fuera nos dispusimos en distintas mesas, algunos familiares e invitados locales ya habían llegado, así que medio “salón al aire libre” ya estaba ocupado, lo que nos llamó la atención al principio es que no miramos banda por ningún lado. Como en todos los actos de fiesta, sean familiares o no, ya había unas bocinas y un micrófono para el maestro de ceremonias, que resultaba ser un tío, pero que cada tanto cambiaba por otro tío, un primo, otro primo, y así durante toda la tarde y hasta la noche que duró el pachangón.
Mero al principio todo parecía que iba a ir medio somnoliento, pero no, en cada mesa estaba dispuesta una botella de coca envuelta en un bordado y llena de mezcal, éste según nos dijeron, un poco más fuerte que el de la mañana, y que comienzan a repartir pequeños tarritos pal´ mezcal, con una diferencia de genero, dirán, machin las feminoides que terminaran buscando a su machin, el tarro de los hombres tenía amarrado un cordón para colgárselo al cuello, para que no lo fuéramos a perder nos dijeron, por que los hombres son los que mero toman más, como en todos lados de México según las estadísticas del INEGI.
Y como de por sí vimos que es el uso y costumbre, siempre hay alguien que te esta invitado un poco de mezcal pues empezamos con el aperitivo, y en eso va llegando la Real Banda Mixe (RBM), jóvenes entre 14 y 25 años que comenzaron a tomar sus lugares y a sacar sus instrumentos, y alguno para ser sinceros, pensamos que se miraban muy jovencitos para ser una de las mejores bandas de la región, según nos había comentado Carlos, pero como ya estábamos de sorpresa en sorpresa pues RBM no fueron la excepción.
Al comenzar la cosa de la comedera que se arranca la banda y no dábamos credito, sonaban potentes, con muchas tablas y con un estilo que hasta ese momento no habíamos conocido, con decirles que tocaron desde la Guelaguetza hasta ska, pasando por mambo, Beatles y muchas más, no pues los de la RBM eran unos virtuosos, que sonido duranguenze ni que nada, los mixes son la neta.
Y de a poco se fue encendiendo el ambiente, como corresponde a esos eventos ya saben, que hablen los novios, que hable el papá, las mamás y que el abrazo, mientras otra copita de mezcal, y luego que las palabras del tío, otra copita de mezcal, que hable el primo, otra copita de mezcal, que traduzca la traductora, otra copita de mezcal, que hable el otro tío, una cervecita pa´ bajar el mezcal.
Yo al principio comentaba que mucho cuidado debería de tener por que la última borrachera con mezcal, en un cumpleaños mío de cuyo resultado me sigo apenando al recordar, pues de a poco me fui soltando y entre mezcal y mezcal, chiste, discurso y rola, una cervecita, hasta entonces nadie salía a bailar a pesar de lo que escuchábamos nos hacía mover el cuerpo de manera aún involuntaria, pero había que esperar que los novios bailaran la primera pieza para entonces sí, entrarle todos a levantar polvo con los pies.
Vamo a bailar para cambiar esta suerte, si sabemos gambetear para ahuyentar la muerte…Bersuit
Escuchando a esta banda de jóvenes virtuosos, me recordaba el concierto al que fuimos de Goran Brockovic en DF y me parecía frente a los hechos, que la banda oaxaqueña que tocó con él fue más usada de acompañamiento y escenografía, que abrirle espacio, por que las bandas son mero cabronas por estas altas tierras.
Pues la Elenita y su parentela no le decían que no ni al mezcal, ni a la cerveza, así que iban a buen ritmo, a Carlos se le fueron sumando accesorios, el gabán y el sombrero de panza de burro, que lo hacían verse ´ora sí como mero mixe, vino en un momento la petición para que los novios se dejaran regalar un poco y sus primas, les mostraran como mero se baila la Guelaguetza, para después de eso abrir el baile, los novios a que no se imaginan cuál fue la pieza para que ellos bailaran al centro de la pista previamente humedecida pa´ que el polvo no volara tanto, eso no lo decidieron ellos hasta donde tengo entendido, sino mero los tíos, pues el tema del Titanic con banda oaxaqueña, la neta esa música nunca me había gustado por que la película con Di Caprio me parece malísima, pero ese día sonó excepcional ¿o sería el mezcal?
Entre besos y besos, risas y fotos, sonrisas de familiares y amigos, los novios, ya para entonces marido y mujer, pues después de abrir baile volvieron a decir salud…y entonces tocaba el turno a los invitados de entrarle al baile, las mujeres son las mejores maestras, si no tienen pareja simplemente se paran y bailan, si son jóvenes bailan agarradas de otra joven, yo entendía hasta después también por qué las solteras bailan agarradas, así evitan a los borrachos que intentan sacarlas a bailar y resulta.
Nosotros entre que nos animábamos y nos apenábamos, o de plano la comida y la bebida estaba haciéndonos digestión, pues le entramos a mero puro salto, como si bailáramos ska, aunque las señoras nos mostraban cómo mero era la cosa, por que a puro salto uno se cansa rápido y cada pieza duraba más de 15 minutos, así que había que hacer unos pasitos balanceados, sin tanto brinco, eso lo entendimos hasta altas horas de la noche.
Y ahora que partan el pastel los novios y que descanse un poco la banda RBM, yo pensaba que era como la contrapropuesta cultural frente al proyecto RBD, ese grupillo fabricado por Televisa y que gusta a niños y adultos, a pesar de ser pésimos. El pastel grandísimo, no cabe duda, acá las cosas son en grande o simplemente no son, eso digo yo, siete pisos de los cuales creo sólo pudimos comernos dos, por que ya a esas alturas lo que más se antojaba era una cerveza, un mezcal, agua o un refresco…
De nuevo la RBM comienza a sonar y todos ahora sí ya a bailar, a partir de ahora ya nadie se detendría a menos sólo para descansar un poco las piernas y tomar aire, antes de que te vuelvan a sacar a la pista o de plano tu cuerpo se mande sólo y te descubras bailando sin haberlo pensado, lo que está poca madre es que la cosa es bailar, no importa si tienes pareja, si estas demasiado borracho, si bailas espantoso o no, acá todos bailan por el gusto, por la vida, por que sino bailas te aburres, por que es un pulso vital de nuestra especie, bendita sea la invención de la música y el baile, yo moriría sin ellos.
El baile siguió hasta la siguiente parada, los fuegos artificiales. Bailamos hasta que el maestro de ceremonias nos indicó que nos preparáramos para el “torito”, esa maravilla de juego en el que se construye un torito de cartón y se le colocan diversas estructuras con cohetes y pólvora que se encienden, yo les platicaba que en mi barrio cuando era niño todavía íbamos a echar desmadre cuando había toritos, por que era una demostración de valor entre los niños del barrio, perseguir al tipo que lo carga y pasar el mayor tiempo bajo los fuegos artificiales era la onda, claro teníamos que dejar que te queme tu ropa, lo que después la madre te cobraría a nalgadas, por que en general es una diversión de las clases económicamente menos favorecidas, para la clase media se le hace o folk o un barbarismo, y como se te quemaba la única chamarra que tenías pues para uno era bien divertido, pero para los padres era un gasto más que no se podía hacer.
La cosa estuvo re linda por que fueron dos, bueno, una muñeca y un torito, el segundo se lo echo encima un compa de Guerrero que le entró al quite en representación de todos los que veníamos de fuera, por que la verdad pues ya somos bien fresotas, maldita economía y educación, la cosa es que entre que te corretea el torito, el Noé lanzaba cohetes al cielo y ¡boom! Se encendía el cielo con formas previamente diseñadas, una maravilla que son los fuegos artificiales y unos maestros quienes los hacen, cómo logran formas con el fuego, me parecía alucinante, y ahí claro la adrenalina se te sube y se te sube el mezcal y se te sube la alegría de estar vivo y se te sube el niño que ya se me había olvidado, por que en éste año en el DF he envejecido como nunca en mi vida.
Pues báilele y escape del torito, voltee para arriba para ver el cielo encendido, otro mezcalito, y siga, báilele, báilele que hay banda para rato y mezcal pa´ toda la noche, hay buena compañía, fraternidad, comida hasta para tirar, hay alegría a nuestro alrededor y somos parte de ella, somos en esa noche ya parte de una fiesta que va más allá de la boda, estamos en medio de una festividad tremenda y listos para incorporarnos a la comunidad, nomás nos falta hablar mixe, pero no hay pedo, al final muchos bolos nos hablan en inglés.
El cierre de los fuego fue re lindo, el cielo se encendió con un rojo corazón, señal del amor que les desean a la nueva pareja, no pues yo así sí me caso y que vengan a tocar los de la RBM; es sorprendente cómo uno se va construyendo un ambiente colectivo de efusividad, ya para el final de los fuegos estábamos todos hechos unas euforias, desde el más güero hasta el más moreno, desde el más gordo hasta el más flaco, desde el más alto al más bajo, todos estábamos con el ánimo hasta arriba, y qué pues, otro mezcal? Y que siga la música y el bailes, y ya a esas horas era una mezcla de baile local y medio ska.
Nosotros cada vez resentíamos el cansancio muscular, cuando paraba la banda para descansar a pesar de nuestra euforia nos temblaban las piernitas, eso sí, entonces les digo el dicho que: Para todo mal un buen mezcal y para todo bien, también. Y uno se daba cuenta que el cansancio muscular se dejaba de sentir si seguía bailando, así que cada que retomaba el ritmo la banda pues uno empezaba de nuevo, primero a balancearse para terminar encendido con todos los demás en una baile festivo, lleno de mezclas como lo éramos todos ahí.
Cuando más prendido estábamos todos comenzó la rueda típica en una fiesta mexicana y el pase al centro con el baile del torito, un amigo conocido como el Tiguere sacó un paliacate y todas y todos pasamos a hacer pasos de toreros y toros, aunque la madre de Elena hizo algo que Mar me contaría después es una tradición en cierta región de Francia en la que la mujer pone en el piso un algo como velo se inca, una vez que ha elegido al hombre al que va a besar, y entonces el hombre elegido también se inca y se dan un beso, nada más que esta vez el papá de Elena pues como que no agarró la onda y siguió en el estilo mexicano.
La Clem y el Tiguere se dieron duro a la bailada con cornadas y toda la cosa, la Clau y su galán no se diga, pues les gusta arto eso de la rejoneada, Ev y Mik también se echaron su toreada, la Vit y yo hicimos lo propio y así todos, mixes y no mixes, el ambiente se puso cada vez más colectivo y más intenso, y eso sí, los músicos se daban cuenta que ya estábamos donde ellos nos querían tener, y no vayan a creer que las mujeres mayores se apeaban del baile, para nada, nadie se rajaba, nadie paraba.
Cuando ya estábamos como agua para chocolate, pues que se desprende la banda con una rola de Madness con la de One Step Beyond…, y pues que nos prende, a nosotros los de juera, y a los jóvenes mixes, y que se prende el ska y el slam, y luego nos sueltan el mambo No. 8 de carefoca, Pérez Prado, y para la siguiente rola la RBM que se levanta y se mete al baile, y ya con banda integrada pues la cosa estaba para encender hasta un cerillo mojado.
Ya nos habían dado más de las 10 de la noche cuando estábamos en esas, y todavía nos faltaba la calenda, que es estar siguiendo por las calles del pueblo cuatro bandas y dos muñecos gigantes a baile y baile hasta las 5 de la mañana, con algunas paradas para echar trago y algo de comida. La cosa ya estaba en su punto máximo, así que cuando la banda RBM dijo que había terminado, no pues que pasa la canasta para pagarles una hora más, y no se crean, hubo dos animosos que querían pagarles una hora cada uno por su cuenta, pero sólo aceptaron lo que se colectó que fue más de lo que cobran por una hora, por cierto que se me hizo muy poco para la calidad que tienen, pero sólo tocaron medio hora más, pues la noche anterior habían tocado en su pueblo en el inicio de las fiestas y se habían puesto bolos así que andaban crudos, y al día siguiente debían tocar las mañanitas a las 6 de la madrugada, por eso ya no quisieron quedarse.
Esa media hora valió la pena, fue un cierre muy alegre, tal como todos los presentes, total, nuestras piernas ya estaban al punto del calambre, tampoco es que fuéramos a durar mucho más y todavía nos esperaba la calenda, así que nos divertimos y disfrutamos ésta banda que nos hizo sentir algo que nunca habíamos sentido en otra fiesta.
Cuando terminó la música termino la fiesta de boda por hoy, digo, por ese día, así que se ayudó a recoger todo el lugar y nos regresamos al pueblo, pues aunque todos salimos con las piernas temblando, queríamos llegar a ver de qué iba eso de la calenda, cada quien se trepó a la camioneta o coche que pudo y a media noche andábamos ya por el pueblo, nos dijeron que fuéramos a alcanzar la calenda, pero el nivel de cansancio de las piernas nos decía que no podríamos llegar muy lejos, así que era mejor esperar a que se acercara para subir a ver de qué iba.
Así que nos quedamos a tomar un cafecito y echar platicada con la familia, las viejas y viejos amigos, las nuevas y nuevos amigos, pues como les decía que pues si uno se iba a conocer, los mixes no se andaban con rodeos, con mezcal te puedes dar a conocer bastante, para bien o para mal. Cuando escuchamos las bandas cerca pues decidimos salir a verlas, claro mientras habíamos escuchado cantidad de veces otras bandas, por que Tama en esos días las bandas andan por todos lados, así que esperamos la indicación adecuada para salir a ver la famosa calenda.
Y pues sí, la calenda es el cachondeo mixe en pleno, ancianos, adultos, jóvenes y niños van siguiendo a las bandas y los gigantes, se detienen en un punto misteriosamente para nosotros definido, y comienza una banda a tocar y el pueblo a bailar, los hombres solos, pues regularmente solos por que nadie quiere bailar con ellos o por que son casados o por que las mujeres adultas están casadas, por que las jovencitas están en el ligue abierto, así como los jóvenes, el cachondeo también se da en las parejas, por que salen los matrimonios a darle al baile, todos sabe que de esos días saldrán varias parejas.
Después de la primer banda toca la segunda y así sucesivamente hasta que tocan las cuatro, unas vez echo esto, se mueven a otro punto y repiten la receta, así hasta que hacen parada en casa de una familia, quienes reciben a las bandas y todos aquellos que las acompañan, y los atienden dándoles de comer y de beber, y cuando digo a todos es a todos.
A mi me sorprendió mi cuerpo, pues a pesar de que mis piernas estaban al punto del calambre, me descubrí bailando en plena calenda y yo encantado de seguirme con el pueblo, pues es un pueblo bien interesante, además de músicos, han producido radialistas, fotógrafos y videastas, entre muchas cosas más, y veo a una niña videasta grabando la calenda, otro jovencito también haciendo sus tomas, y varios pues, me dio arto gusto ver un pueblo tan prendido en las cosas creativas y en la comunicación para los suyos y desde los suyos; al día siguiente me enteraría que tienen su trasmisor de TV y su TV MIXE.
Pasada la media noche, a saber a qué hora, pues decidimos irnos a dormir por que ya llevábamos casi 15 horas de fiesta y todavía nos faltaban otras más del siguiente día, así que nos fuimos de regreso a casa del tío de Carlos, por que ya nos esperaban los petates y las bolsas de dormir, y la mera verdad ya quería quitarme los zapatos.
Dormir siempre es reparador para el cuerpo, yo la mera verdad toqué el suelo en posición horizontal y no supe más de mí, hasta que escuche las mañanitas con música de una muy buena banda de viento y el tronido de un cohete que anunciaba el amanecer, esas mañanitas han sido las más lindas que he escuchado en cualquier cumpleaños que me han o he celebrado, de hecho ese fue el segundo o tercer mejor cumpleaños que he tenido en toda mi vida, el anterior había sido hermoso y tierno, pues Ceci, Mar y Leo prepararon una cena excepcional que nunca imaginé, pero esto era otra cosa e igual de extraordinario, de hecho ahora que recuerdo Carlos me organizó la fiesta de cumpleaños con más invitados que yo recuerde en San Cristóbal, esa vez había como 200 invitados y muchas invitaciones.
Al levantarme noté dos cosas, una, que mi estomago traía una revuelta interna digna de la intervención de una mediación, la otra, que mis piernas seguían cansadísimas como si hubiera subido el Pico de Orizaba, no pues un baño me dije, y como no había de otra me lo di con agua fría y a jicarazos, eso de alguna forma me reanimó, aunque a mi estomago no había mucho que hacerle más que acudir cuantas veces fuera necesario a desechar lo poco o mucho que me quedaba en mi interior.
Cuando ya se levantaron todos, bastante tardecito para decir, pues las preguntas obligadas: cómo estas de cansado; cómo estas del estomago, a mi me agarró en la noche, ambos daños eran recurrentes en el grupo de foráneos que habíamos llegado a la boda, pero todos emocionados por que el 10 también pintaba para ponerse bueno.
Y pues sí, todos aprovechamos la mañana para dar una vuelta por el pueblo, echar chelita y escuchar música en alguna de las tantas casas que estaban acondicionadas para recibir la calenda, que continuaba esa mañana; se miraban bandas por varios puntos de Tama, se escuchaba música por todos lados, esa noche íbamos a estar en la plaza principal, aunque originalmente varios querían ir al encuentro de regaee que se había convocado para esa misma noche y con un costo de 100 pesotes la entrada, yo como ni me gusta mucho dije que prefería bailar con todo el pueblo y de a gratis, que irme a pagar por escuchar regaee.
La mañana fue de reconocimiento y convalecencia colectiva, hasta que llegó la hora de la comida, bueno, de la comida por el cumple de la abuela de Carlos, y que va siendo otro reventón con harta comida, más mezcal, más banda musical y más baile, eso sí la mayoría sólo comimos arroz y tortilla, aunque el caldito y la carne se miraban ricos, casi nadie se animó a probarlos, esos sí, la cheve y el mezcal pues no se iban a despreciar.
Y ya en la fiesta de cumple, bueno en el baile, ahí nos tienen de nueva cuenta haciéndole al mixe y báilele, y báilele. Todo iba con suma calma y normalidad, la gran sorpresa fue la abuela, que a sus 90 primaveras seguía entrándole a la cheve y más aún, a la bailadera, yo me decía, no pues ya quisieras Noé llegar a esa edad con las gana pa´ bailar y entrarle al mezcal.
Ahí estuvimos bailando hasta que los hijos y nietos tomaron el micrófono, todos le rindieron su homenaje, sus respetos, recuerdos, anécdotas y disculpas a su madre o su abuela o su suegra, pues como bien decía un tío de Carlos, doña Modesta era la mera mata de esa familia que tenía prole pa´ rato. Ahí estuvimos hasta que nos llegó la hora para ir al jaripeo, así que con toda discreción, o sea en bola, salimos de la fiesta que en algún momento fue muy íntima y nos hacía sentir un poco incómodos tanta confianza.
Pos´ que nos salimos y nos lanzamos al tal jaripeo, mismo que por la hora en que por fin nos decidimos dejar de bailar para irnos, ya se había terminado, así que lo que nos quedaba era un café antes de los fuegos artificiales y el concierto nocturno de las bandas en la plaza central. La Ev y Mic se han preparado un verdadero café negro, cargado como nos gusta chingao, por que el local pues es como en todo México rural, una vacilada de agua pintada y con azúcar. El café le calló muy bien a nuestro ánimo, así que estuvimos ahí platicando con los tíos y primos del Charly, quienes se la han pasado contándonos sus aventuras como comandantes, sus acertijos o adivinanzas hasta la hora de separarnos, pues ellos se fueron al regaee y nosotros a los fuegos artificiales.
Yo en la plaza central me lo pase tome y tome fotos, pues a la mañana siguiente saldríamos de regreso al DF, así que me he tirado como más de 100 nomás durante los fuegos artificiales, es lo bueno de las cámaras digitales, que uno dispara a todo. Tres bandas amenizarían el baile y la encendida de los fuegos artificiales, tres bandas con miembros de edades tres veces distintas, los niños, unos pequeñines que estaban casi del tamaño del bombo; los jóvenes que echaban bulla y los adultos, que se colocaron arriba en el primer piso del palacio municipal.
La banda de los más jóvenes me causaba mucha admiración, no por ellos, sino por tanto talento promovido y cultivado en ese lugar era digno de maravillar a cualquiera y avergonzar a nuestros gobiernos federal y del DF que nomás si pudieran evitarían las artes en lugar de andarlas promoviendo. Los niños, y todos pues tocaban de poca su…, y ahí otra vez las patitas se comenzaban a alborotar, y claro de nueva cuenta a bailar se ha dicho.
Los borrachitos solos se acercaban a invitar a nuestras amigas que ignoradas por nosotros, pues se miraban muy güeras y muy solitas bailando, digo ignoradas por que uno como europeo, gringo o defeño, pues bailaba por su lado y ellas por el suyo, así que los borrachines, bastante decentes, nunca quisieron tocarlas ni nada, bueno querían tocarlas pero con su permiso, aunque parecían unos pesados la verdad conservaron el límite; ellas se alejaban pero ellos las seguían hasta que se cansaban, que no era muy tarde, más bien rápido.
Los fuegos comenzaron como a eso de las 9 de la noche, hora local, los chavos y algunos mayores entraron en un ritmo y un baile medio de reto, bailar bajo la lluvia de fuego de los artificios juegos de pólvora, los chicos gritaban y bailaban frenéticamente, el fuego les iluminaba, algunos borrachitos se lanzaban bajo el fuego en un baile trompicado, desde donde yo estaba se miraba a los jóvenes tras el llamado castillo y sus gritos incitaban a la fiesta, a la participación colectiva y al desenfrene pues.
Yo estaba saque y saque fotos y baile y baile, por que esa música y ese ambiente te atrapan, por más que uno este cansado o de plano este distraído, pues cuando te enteras ya tu cuerpo anda en el balanceo inconsciente, y mejor te conectas todo pa´ disfrutar que chingaos. Los fuegos duraron como más de una hora, y en es tiempo las bandas se turnaban, una tocaba primero para que al terminar una pieza continuara la siguiente, a acabar su pieza la otra entraba a acompañar los gritos y la algarabía.
La intensidad del momento hace que uno piense antropológicamente, pero la sensación del cuerpo y la alegría, hacen que uno mande a la chingada ese sentimiento de otredad, de banal superioridad u diferencia, aquí todos somos borrachines, todos somos fiesteros, bailadores, desamadrozos, acá nadie le saca la vuelta a la pachanga, acá uno se sorprende con la alegría ajena que le contagia alegría a uno también. Por eso seguimos bailándole y saltándole a los fuegos artificiales.
Ya casi a media noche se han acabado las chispas y los cohetes, la banda con los niñitos es la que cierra el concierto con una rola largísimo, yo pienso hacia mis adentros que: es muy llamativo que los que se desvelen sean los nichos, pero es que acá todos son parte y algo hacen por la fiesta: La banda llega a su fin y nosotros decidimos irnos a dormir, el cuerpo lo pide por que al día siguiente comienza el retorno a la ciudad de México, ¡puaf! el retorno, antes de llegar a casa de los tíos de Carlos, se nos atraviesan unos futbolitos, yo miro a Ev y digo, una partido antes de dormir? Y ella afirmativamente contesta, así que nos vamos todos a jugar futbolito y nos hemos quedado como otra hora, pues el niño interno sigue dominando nuestras decisiones.
Ya cansados y gozados vemos como la hora llega así que vamos a nuestro petate y bolsita de dormir a descansar para mañana emprender vuelo de esta tierra: El sueño no tardaría gran cosa, cosa de acomodar la cabeza y el cuerpo en posición vertical y a dormir.
A la mañana siguiente volvemos a despertar con la música de las bandas de Tama, y cual si fuera fondo de película comenzamos la despedida, abrazos y buenos deseos, yo con la promesa a mi mismo y a los parientes de Carlos de que nos veremos el próximo año, pues me han quedado las ganas de echarme toda la fiesta y volver a experimentar el quedarme tirado en medio de la plaza perdido de todo y de todos, ser un borracho respetado en un lugar de aparentes desconocidos.
Así trepamos al auto, la Clem, el Iñ, la Mar, An y su servidor, y ahí comienza el duro proceso de retorno a la cruel cotidianidad, yo emocionado por que estaría sólo un día en DF y luego me iba a Guadalajara, pasaría de la tierra del mezcal a la tierra del tequila, así que llevaba la promesa de regresar. En el camino fue muy divertido, pues la conversación fue de los más amable y plagada de risas, casi todos los nuevos y viejos amigos trabajamos en derechos humanos o en alguna cosa relacionada, y cuando íbamos entrando a la ciudad de Oaxaca vimos una manta que rezaba: ¿A quién pudo pedir justicia, al tercer poder, a derechos humanos, al Chapulín Colorado, al gobernador, al presidente?
Cuando todos la leímos fue como si nos hubiéramos puesto de acuerdo previamente y nuestra respuesta fue: al Chapulín Colorado, yo les hice la observación de lo que habíamos dicho, y les dije, como que a pesar de trabajar en derechos humanos nadie podría defender la postura de que las organizaciones de derechos humanos son una buena posibilidad; y claro, somos gente madura que ya pasamos por muchas cosas, y con ello sólo podemos afirmar, que precisamente como sabemos de qué va y como esta la cosa, el único buen árbol para arrimarse en la pregunta de la manta es el Chapulín Colorado. Ni hablar, volvimos a soltar la carcajada y continuamos nuestra despedida de Oaxaca.
Oaxaca quedó atrás y ya en DF me preparé para lo que seguía, Guadalajara….
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elena (la novia feliz)
elena (la novia feliz)