Niño, con la sopa no se juega!!!!!
Cuando era niño mi madre y mis abuelas me enseñaron, por las buenas y por las malas, que en la mesa no se juega y que la comida no es juguete; que el hilo de bordar sólo lo usaba la abuela; que había que tener bien ordenados mis juguetes; que el alambre era para hacer arreglos en casa y sólo los adultos podían utilizarlo; que las cenizas de los cigarros que se fumaban los mayores había que echarlo al bote de la basura, disciplina y orden me enseñaron bien que mal mi madre y abuelas.
El sábado, aprovechando la visita de Leo y que ambos teníamos fin de semana de padres solteros, decidimos ir con nuestros respectivos críos a ver la exposición Reflex, del brasileño Vik Muniz que se presenta en un museo de la Ciudad de México. La mera verdad yo había visto algo en Internet del autor, pero tenía la curiosidad de ver cómo reaccionaba el pequeño hijo que he traído al mundo, y por supuesto, de ver por primera vez su obra en una exposición.
Para nuestra sorpresa la exposición nos dio un agradable sabor, y no lo digo por la mermelada o el chocolate, tampoco por el espagueti y la crema de cacahuate, sino por lo que nuestros ojos y nuestros recuerdos infantiles mirararón ahí, lo que provocaría un diálogo de sabernos entre padres e hijos, pues ellos nos ven como adultos, y les da curiosidad imaginarnos cómo es un padre siendo niño.
El soldaditos hecho por soldaditos de plastico....y yo que los regalé todos cuando me dijeron que ya era hora de crecer
La exposición es una de las más recomendables para asistir con hijos o para aquellos quienes piensan que hace falta mucho dinero para crear una obra, que se necesita seriedad o formalidad de escuela, la obra es una copia de obras y obras propias en sí mismas desde el autor, utilizando un sin fin de recursos cotidianos, eso sí, con el conocimiento afinado de la luz, el color, la forma y otros elementos técnicos y de academia que en sí mismos no hacen la obra.Vik Muniz muestra a los niños y adultos la versatilidad del arte, que la necesidad creativa no se detiene ni necesita de grandes y extraordinarios recursos, que sólo la imaginación, la disciplina y la paciencia pueden ser elementos fundamentales y primordiales de cualquier obra o creación humana que nos signifique un sentimiento, un pensamiento y se puede usar cualquier cosa.
Muniz, que el diccionario Office insiste en poner Muñiz, es uno de los artistas más versátiles de Brasil, escultor, fotógrafo, dibujante, su obra está íntimamente relacionada con lo cotidiano del ser, con las desigualdades lacerantes de Brasil, con el niño interior que todos tenemos dentro, unos más olvidados que otros, Muniz hace del juego una actividad artística, no creativa por que en sí mismo el juego es lúdico y en consecuencia creativo, es un acto de creación permanente y Vik hace de ello un prodigio de habilidad y comunicación con el espectador tanto adulto como infantil.
Bacco que no es de vino, sino de materiales diversos que emborrachan los ojos por el sólo hecho de ubicar qué son
La exposición, francamente, además de gustarme estéticamente, me hizo recordar mi infancia, y no hay mejor logro de una obra que remitir al espectador a una situación, a una emoción, a una razonamiento; Leo y yo estábamos fascinados con lo que hace con el hilo, con el alambre, con la mermelada y con lo que se le cruza en las manos, nuestros críos lo que más les emocionaba era eso de hacer su propia obra con un algodón de azúcar.Yo le comentaba a Leo que mi madre siempre me dijo que la comida no era para jugar cuando con mis hermanitas tratábamos de encontrar o formar palabras con la sopa de letras, o cuando nos encontraba haciendo figuras con el espagueti, pensaba que si mi madre viera está exposición de Muniz se sentiría apenada por habernos limitado de niños.
Así que a nuestros críos les hemos dicho que los juegos duran hasta que uno quiera, y el juguete puede ser más que un monito de Marvel, de Fisher Price o Disney (si uno compra de marca calro), así que fuimos al salón de actividades manuales para hacer nuestras figuras de algodón de azúcar, que resultaron una espada y un auto transformable en cerdito. Salimos de la exposición muy satisfechos los cuatro y de ahí, fuimos directos a tirar toda la inspiración en una sala de cine para ver un churro gringo de Marvel, que ni modos, gusta a los niños y los papás de los niños.
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